top of page

EL ESTUDIO PARA EL JUEVES 7 DE MAYO 2015

 

 

(CONTINUACIÓN)

Ya desde que consumó el pecado David sintió pesar en su corazón, y esto antes de que cayera el juicio, lo cual es “la muerte espiritual”, la paga del pecado.

 

Fue sincero consigo mismo y con el Señor, pero su convicción y arrepentimiento vinieron demasiado tarde. En 2 Sam 12.13  David dijo: «He pecado», pero aquí dice: «Yo he pecado gravemente ».

 

Desde el punto de vista humano contar al pueblo no parecería un pecado mayor que el adulterio o el homicidio; sin embargo, desde el punto de vista de Dios, fue un pecado más grande en su desobediencia y consecuencia.

 

Durante su ministerio terrenal, Jesús se mostró incluyente y perdonador con los publicanos y pecadores, pero severo con los orgullosos y rebeldes.

 

Dios le permitió a David escoger su propia disciplina y su elección mostró la compasión de su corazón. David escogió caer en manos del Señor misericordioso antes que en las manos de los hombres. A las seis de la mañana el ángel del Señor vino y empezó la plaga entre la gente. A la hora del sacrificio de la tarde (las tres de la tarde) el ángel había matado a setenta mil personas con una plaga. David y los ancianos vieron al ángel juzgando y David de inmediato intercedió por el pueblo. «¿Qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí». Tal vez Dios castigaba a la nación por su rebelión en contra de David cuando muchos de ellos siguieron a Absalón.

 

2 Samuel 24.18–25

18 Y Gad vino a David aquel día, y le dijo: Sube, y levanta un altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo.

19 Subió David, conforme al dicho de Gad, según había mandado Jehová;

20 y Arauna miró, y vio al rey y a sus siervos que venían hacia él. Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante del rey, rostro a tierra.

21 Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar un altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo.

22 Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para leña.

23 Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio.

24 Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.

25 Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.

 

2 factores intervinieron para detener el juicio: la misericordia del Señor (v.  16 ) y la confesión y sacrificio del pecador (vv. 17ss). Dios envió a su siervo un mensaje para que construyera un altar en el lugar donde había visto al ángel.

 

David y sus ancianos fueron de inmediato al sitio y arreglaron la compra. Ornán le hubiera dado gratis todo al rey, pero David no lo aceptó. ¡No le daría al Señor el sacrificio de otro hombre! Un sacrificio barato es el peor de los sacrificios. Este es un buen principio a seguir en nuestro andar cristiano.

 

Esta misma área llegó a ser el sitio del templo de Salomón. ¡Dios fue capaz de convertir la maldición en bendición! Es interesante notar que Salomón nació de Betsabé, la cual participó con David en el adulterio; y sin embargo Salomón llegó a ser el próximo rey y en realidad construyó el templo en aquel pedazo de tierra asociado con el pecado más grande de David al censar al pueblo. ¡Tal es la obra asombrosa de la gracia de Dios!

bottom of page