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EL ESTUDIO DEL VIERNES 8 DE MAYO 2015

 

 

 

 

1 REYES 1

Comenzaremos a estudiar la vida y reinado de Salomón, el hijo de David y sucesor suyo en el trono de Israel.

 

En David tenemos un tipo de Cristo en su humillación, exilio y rechazo; pero en Salomón vemos al «Príncipe de Paz» (el nombre Salomón significa «pacífico». Los mil años de paz) reinando en gloria y esplendor sobre su pueblo.

 

David (Jesús) hizo las conquistas (incluyendo la tribulación de 7 años) que le permitieron a Salomón vivir y reinar en paz y magnífica prosperidad.

 

1 REYES 1: Abisag sirve a David

1  Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba.

2 Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey.

3 Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey.

4 Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía; pero el rey nunca la conoció.

 

Nunca la conoció: David no tuvo relaciones sexuales con ella.

 

Adonías usurpa el trono

5 Entonces Adonías hijo de Haguit se rebeló, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y de gente de a caballo, y de cincuenta hombres que corriesen delante de él.

 

Adonías era el cuarto hijo de David, y el mayor de los hijos que quedaba con vida; pero no existía un patrón de sucesión fijado. Así que David tenía derecho a nombrar su sucesor, y el reino lo había prometido a su hijo Salomón.

 

No obstante, Adonías se autoproclamó rey en un intento por burlar la voluntad del Señor y la decisión de David.

 

La rebelión de Adonías fue apoyada por Joab (el general sobrino de David) y el sacerdote Abiatar.

 

David ya no podía desempeñar sus deberes reales, de modo que Adonías se aprovechó de la situación y se autoproclamó rey de Israel. «¡Yo seré el rey!» anunció, dándose cuenta cabal de que Dios había designado a Salomón para suceder a David.

 

Adonías se rebelaba a propósito contra la voluntad de Dios. Tristemente, al verlo ya viejo, algunos de los asesores confidenciales de David cayeron en el perverso complot, incluyendo a Joab y Abiatar el sacerdote. El príncipe Adonías siguió el perverso ejemplo de Absalón al preparar carros y tratar de impresionar al pueblo.

 

Sin embargo, tres siervos leales tomaron el asunto en sus manos y se lo informaron a Betsabé. Ella, a su vez, llevó el mensaje al rey David, sabiendo que él no quebrantaría su voto de que Salomón su hijo sería coronado como el próximo rey. Todo el plan funcionó sin tropiezos y David dejó muy en claro que quería que Salomón asumiera el trono de inmediato. Sadoc, Natán y Betsabé no perdieron tiempo para montar a Salomón en la mula real y proclamarle como el nuevo rey de Israel.

 

6 Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Además, éste era de muy hermoso parecer; y había nacido después de Absalón.

7 Y se había puesto de acuerdo con Joab hijo de Sarvia y con el sacerdote Abiatar, los cuales ayudaban a Adonías.

8 Pero el sacerdote Sadoc, y Benaía hijo de Joiada, el profeta Natán, Simei, Rei y todos los grandes de David, no seguían a Adonías.

En oposición a Joab y Abiatar, el sacerdote Sadoc, Benaía (un jefe militar), y el profeta Natán se mantuvieron leales a David y ungieron rey a Salomón (v. 45).

Sadoc reemplazaría a Abiatar (2.35) y Benaía tras ejecutar a Adonías (2.25), se convirtiría en general de Salomón (2.35).

9 Y matando Adonías ovejas y vacas y animales gordos junto a la peña de Zohelet, la cual está cerca de la fuente de Rogel, convidó a todos sus hermanos los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, siervos del rey;

 

Adonías trató de recabar apoyo celebrando su victoria en Rogel.

 

10 pero no convidó al profeta Natán, ni a Benaía, ni a los grandes, ni a Salomón su hermano.

11 Entonces habló Natán a Betsabé madre de Salomón, diciendo: ¿No has oído que reina Adonías hijo de Haguit, sin saberlo David nuestro señor?

12 Ven pues, ahora, y toma mi consejo, para que conserves tu vida, y la de tu hijo Salomón.

13 Ve y entra al rey David, y dile: Rey señor mío, ¿no juraste a tu sierva, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono? ¿Por qué, pues, reina Adonías?

14 Y estando tú aún hablando con el rey, yo entraré tras ti y reafirmaré tus razones.

 

Como Adonías no había sido ungido oficialmente rey, las palabras de Natán: No has oído que reina Adonías, implicaban que éste estaba ganando respaldo y podría llegar a usurpar el trono, si algo no lo detenía.

 

15 Entonces Betsabé entró a la cámara del rey; y el rey era muy viejo, y Abisag sunamita le servía.

16 Y Betsabé se inclinó, e hizo reverencia al rey. Y el rey dijo: ¿Qué tienes?

17 Y ella le respondió: Señor mío, tú juraste a tu sierva por Jehová tu Dios, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono.

18 Y he aquí ahora Adonías reina, y tú, mi señor rey, hasta ahora no lo sabes.

19 Ha matado bueyes, y animales gordos, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar, y a Joab general del ejército; mas a Salomón tu siervo no ha convidado.

20 Entre tanto, rey señor mío, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él.

21 De otra manera sucederá que cuando mi señor el rey duerma con sus padres, yo y mi hijo Salomón seremos tenidos por culpables.

22 Mientras aún hablaba ella con el rey, he aquí vino el profeta Natán.

23 Y dieron aviso al rey, diciendo: He aquí el profeta Natán; el cual, cuando entró al rey, se postró delante del rey inclinando su rostro a tierra.

24 Y dijo Natán: Rey señor mío, ¿has dicho tú: Adonías reinará después de mí, y él se sentará en mi trono?

25 Porque hoy ha descendido, y ha matado bueyes y animales gordos y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también al sacerdote Abiatar; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: !!Viva el rey Adonías!

26 Pero ni a mí tu siervo, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaía hijo de Joiada, ni a Salomón tu siervo, ha convidado.

27 ¿Es este negocio ordenado por mi señor el rey, sin haber declarado a tus siervos quién se había de sentar en el trono de mi señor el rey después de él?

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