




Pastores José e Ise Ambrosio
En qué y cómo creemos...
El uso del don de lenguas
Se trata de un don del Espíritu Santo, que el apóstol Pablo nos advirtió que terminaría (1 Co 13.8); y que estuvo vigente durante el tiempo en que el Nuevo Testamento todavía no se terminaba de escribir y de publicar en todos los idiomas. Las lenguas eran señal a los gentiles; porque se trataba de un don a través del cual cristianos judíos y sin letras, daban a conocer las maravillas de Dios en los idiomas natales de la gente del mundo. Incluso Pablo dio reglas para usar adecuadamente el don de las lenguas en la congregación, a fin de que la asamblea supiera el significado de un mensaje que se estaba dando a algún visitante extranjero (1 Co 14.27-29).
El uso del don de profecía
Este don no se usaba como se hace hoy, a la ligera, para "adivinar el futuro , el pasado o la situación de las personas", sino para dar a conocer el mensaje del evangelio, en el propio idioma del que ejercía el don. A diferencia del don de las lenguas, que era usado con el mismo fin, pero el entendimiento del que lo ejercía quedaba sin fruto, en el caso del don de profecía, el que lo poseía APRENDÍA (1 Co 13.9) También se trató de un don transitorio, y su uso actual consiste sencillamente en dar a conocer el evangelio en nuestro propio idioma, ayudados por el Espíritu Santo.
La Música Cristiana
Debe estar basada en la Palabra de Dios para que sea de Alabanza a Dios, y al mismo tiempo instruya a la iglesia en el conocimiento de la Escritura, y sirva de testimonio para los incrédulos. No se debe lucrar con ella, ni presentarse en forma de conciertos o recitales.
Los diezmos y las ofrendas
Prueban nuestro amor por la obra de Dios, y nuestra fe en Su Palabra. Los diezmos no provienen de la ley, sino de un voto que nació en el corazón de Abraham, de Isaac y de Jacob, y que Dios aprobó incluyéndolo en la Ley. Nuestro Señor Jesús no los abrogó, sino que nos enseñó que debemos seguir diezmando sin olvidarnos de la misericordia (Mateo 23.23).
El bautismo
Debe realizarse, sumergiendo totalmente en agua al nuevo creyente, en el Nombre de Jesús; y a partir de ese momento debemos bautizarlo en el cuerpo de Cristo (hacerlo parte de la iglesia) y en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (que es enseñarle la doctrina, los beneficios y responsabilidades de ser cristianos).
Ser discípulos
No se consideraba miembros de la iglesia a los creyentes, sino hasta una vez ocurrido su bautismo. A partir de ese momento se les discipulaba y se les enseñaba a servir y a ministrar a otros con la Palabra de Dios.
El gobierno de la iglesia
La principal autoridad en la Iglesia es Jesucristo; Él msmo escogió a unos y los puso por apóstoles, a otros por profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros (Efesios 4.11-13); siendo éstos últimos, pastores y maestros, los que quedan vigentes. Y su trabajo es administrar la enseñanza de la Palabra en la iglesia, la disciplina y el servicio.
Dirigir una reunión
Toda persona que esté bajo la autoridad y supervisión establecidas por Dios, puede dirigir una reunión; y nosotros le brindaremos todo el apoyo necesario. El único requisito es SER FIEL.