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2 REYES 7

 

 

Los capítulos 6-8 de 2 de Reyes presentan varios milagros y ministerios de Eliseo, algunos realizados en privado y otros hechos públicamente para la nación. En cada caso vemos que Eliseo nunca deja de asombrarse al saber la voluntad de Dios y de ejercer su poder.

 

En 6.1-7 Eliseo recupera el hacha.

 

Es bastante animador ver en la Biblia que la escuela de profetas estaba creciendo y necesitaba ampliar sus instalaciones. Eliseo preparaba a estos estudiantes para llevar la Palabra al pueblo. Eliseo, incluso, participaba en las actividades de construcción; su presencia estimulaba a los jóvenes.

 

Los estudiantes eran pobres y uno de ellos tuvo que pedir prestadas las herramientas. Respecto a tomar prestado, vemos en el pasaje que no es pecado tomar prestado, siempre y cuando lo prestado se cuide y se devuelva.

 

De pronto su hacha salió despedida y cayó en el agua; pero ahí cerca estaba Eliseo, quien haciendo uso de los dones espirituales se la devolvió.

Aquí vemos lo importante que es que el líder esté cerca de los discípulos. Y que el ministerio consiste en enseñar no solo la Palabra sino también en demostrar el poder de Dios.

 

El respaldo de Dios en la recuperación del hacha nos permite descubrir que Dios está interesado en las necesidades personales de su pueblo, incluso las que nos parecen más “insignificantes».


En 6.8-23 Eliseo captura a los invasores sirios (6.8–23)

 

El rey sirio estaba enviando bandas de soldados para que atacaran a Israel, pero Dios revelaba a Eliseo cada movimiento del enemigo.

 

Eliseo no estaba de acuerdo con la perversidad del malvado rey Joram, pero servía al pueblo de Israel y quería protegerlo. En esta ocasión, el rey atinó para escuchar al profeta y con ello permitió que Dios protegiera a Israel. Lo mismo ocurre con nosotros cuando a pesar de ser soberanos de nuestras propias decisiones decidimos dar oídos al consejo de Dios y la enseñanza de nuestros pastores.

 

Cuando enteraron al rey de Siria que Eliseo era el «espía oculto», envió soldados para que capturaran lo capturaran.

 

Cuando el siervo de Eliseo vio el ejército enemigo alrededor de la ciudad tuvo temor; pero de nuevo vemos la lección del “líder cerca”. Eliseo oró y Dios le abrió los ojos al criado para que viera las huestes de ángeles listos para librarlos.

 

Eliseo realizó un milagro doble; le abrió los ojos a su siervo, pero cegó los ojos de los invasores. Así fue fácil llevar el ejército a Samaria.

 

Lo lógico era que el rey de Israel aprovechara y matara a los soldados enemigos, pero Eliseo se lo prohibió. “Dios los capturó y sólo Él debía recibir la gloria”.

 

Eliseo los derrotó con su amabilidad. A partir de ese momento, Siria no volvió a enviar bandas de «comandos» secretos para atacar las aldeas de Israel.

 

 En 6.24–7.20 Eliseo libra a la ciudad

 

No sabemos cuántos años pasaron entre los versículos  23  y  24 .

2 Reyes 6.23-24 23 Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.

Eliseo y el sitio de Samaria. 24 Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria.

Cuando Ben-adad decidió pelear contra Israel, fue con su ejército completo. La ciudad fue sitiada hasta que quedó muy poco alimento y la carestía se hizo extrema.

 

El hambre hizo que en esos días incluso la gente comiera estiércol de animales. Algunos  recurrían al canibalismo.

 

El rey de Israel -Joram –igual que lo había hecho su padre, culpó a Eliseo por la hambruna y le buscaba para apresarlo y matarlo. Eliseo le envió un mensajero con un extraño mensaje de parte de Dios: al día siguiente Samaria sería librada del asedio enemigo y habría abundancia para comer.

 

En  7.1  Eliseo predijo que al día siguiente el pueblo de Dios podría comprar seis veces la cantidad de alimento por la 5ª parte de su costo. Uno de los oficiales del rey reveló su incredulidad y Eliseo le prometió que por su incredulidad vería pero no disfrutaría de la promesa.

 

2 REYES 7

7.1

El rey era malo, el pueblo era malo, pero Dios ¡es bueno, y fiel! Y esta promesa de Eliseo para el escéptico capitán es la misma que hoy Dios le hace a los incrédulos. Aunque no crean verán que el rapto es la promesa de Dios, pero no disfrutarán de sus beneficios.

 

¿Qué armas usó Dios para derrotar al atrincherado ejército sirio? ¡Un ruido y cuatro leprosos!

 

Pensando que un ejército mercenario se acercaba, los sirios huyeron dejando provisiones y alimentos en el campamento. 4 leprosos del pueblo de Dios agobiados por el hambre decidieron que era mejor comer como prisioneros (o que los mataran en el intento) que morirse de hambre en libertad. Y descubrieron que ¡Dios había cumplido su promesa!

 

2-9

Esto es exactamente lo que debemos hacer los que nos hemos dado cuenta de la verdad: ¡El diablo ya fue vencido! Por medio de la fe Dios nos da vida eterna. Y es lo que debemos compartir. Dios no quiere que “pactemos” con Él mandando nuestro dinero al canal de televisión; ni que paguemos para tener un “encuentro” con Él. La victoria ya está dada. Solo tenemos que entrar en el campamento enemigo y tomar lo que ya Dios nos concedió por la fe.

 

Cuando los asediados ciudadanos de Samaria oyeron las buenas noticias, salieron en tropel ¡y atropellaron al oficial incrédulo! Este oyó las buenas noticias, vio la prueba del mensaje, pero murió sin poder disfrutarlo.

 

10-20

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